Domótica e inmótica: de la fantasía a la realidad
Seguro que has oído hablar de la domótica y todas esas tecnologías que pueden hacer que enciendas bombillas, calefacción o bajes las persianas con tan solo pulsar unas teclas mágicas del móvil. Este artículo pretende ir mucho más allá y llamar la atención sobre estas nuevas tecnologías que van a aportar accesibilidad, seguridad y hasta ahorro de costes energéticos en tu propia casa.
Domótica vs. Inmótica; pequeñas diferencias
Técnicamente podemos decir que la domótica es el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda. Pero, además, lo hacen utilizando en forma eficiente. Entre otras cosas, para lograr una gestión eficaz del tiempo, ahorro de costes y, sobre todo, dotar de mayor seguridad, confort y calidad de vida a sus usuarios.
Las diferencias entre domótica e inmótica se basan principalmente en el lugar físico donde se establece la instalación. El sistema domótico se encarga de la automatización inteligente en viviendas comunes, propiedades familiares o pequeñas instalaciones. Sin embargo, la inmótica lo hace en edificios no destinados a vivienda, como hoteles, centros comerciales, escuelas, universidades, hospitales y todos los edificios terciarios.
¿Cuándo y por qué nace la domótica?
Es complicado precisar cuando nació exactamente la domótica porque es hablar de un concepto difícilmente limitable. Implicaría hablar de la historia completa de la computación y la electrónica. Aunque nos suene a “concepto moderno”, no es algo de antes de ayer. Podemos decir que el físico estadounidense Joel Spira fue el creador de la domótica como tal. El comenzó a implantar este sistema gracias a sus conocimientos técnicos al comienzo de los años 70 con pruebas piloto de los primeros dispositivos de automatización en edificios.
El boom de los rascacielos de oficinas comerciales en la década de los 80 fue un gran estímulo para la domótica. Con su ayuda se permitía lograr una eficiencia inédita para el servicio de dispositivos. El primer programa que utilizó la domótica fue el Save, creado en Estados Unidos en 1984. Este permitía eficiencia y bajo consumo de energía en los sistemas de control de edificios inteligentes.
Desde ese momento el crecimiento ha sido continúo ayudado por la irrupción de las TIC (la tecnología de informática y comunicaciones). Posibilitando la instalación domótica en casa. Y gracias a la cual se comenzaron a realizar numerosos ensayos e investigaciones avanzadas en productos del hogar como los electrodomésticos y otros dispositivos.
El gran desarrollo de la tecnología informática con la llegada de Internet a gran velocidad ha permitido en los últimos años la exponencial expansión del sistema. Sobre todo en países de vanguardia como Estados Unidos, Alemania o Japón.
Usos y beneficios de la Domótica
Aplicando la domótica a la automatización del hogar se ha logrado mejorar la comodidad, bienestar, confort, ahorro energético y seguridad. Se utiliza ya en los siguientes campos:
- Gestión Energética: Ahorro, eficiencia y generación energética.
- Confort: Controles de iluminación, clima, control de aperturas, de riego, multimedia…
- Seguridad técnica: En casos de vigilancia para evitar intrusiones en la vivienda.
- Seguridad personal: Ayudando a potenciar la autonomía de las personas con necesidades de apoyo resultando una valiosa herramienta en la teleasistencia.
- Comunicación: En este campo nos permite conectar con el hogar y dentro del mismo con la mayor cantidad de aparatos o medios disponibles. Pudiendo telegestionar la vivienda a distancia.
- Accesibilidad: En este apartado, la domótica persigue posibilitar el acceso de cualquier persona a cualquier entorno. Adecuándose el sistema a las capacidades, necesidades y expectativas de todos sus potenciales usuarios independientemente de su edad, sexo o grado de capacidad.
Internet de las Cosas (IoT) para lograr hogares más accesibles
El internet de las cosas, ese concepto tan de moda, es un término que alude a la forma en que objetos cotidianos se conectan con internet y entre ellos. La idea cobra cada año más importancia. Tanto que el año pasado se llegó ya a la cifra de los 50 mil millones de dispositivos conectados entre sí. Muy pronto en internet habrá más cosas que personas conectadas entre ellas.
Mediante el uso de conectividad wifi o bluetooth, estos dispositivos permiten que los controlemos remotamente desde una aplicación instalada en nuestro terminal móvil. Ya podemos elegir el color y potencia de las bombillas, modificar la temperatura de nuestro aire acondicionado o recibir una notificación una vez finalice la lavadora. Pero esto es solo el principio de la revolución del llamado internet de las cosas.
Actualmente la domótica está en pleno auge. Se está implementando en el 60% de hogares de nueva construcción y en el 40% de hogares ya existentes en España. Además, se prevé un crecimiento del 300 % en nuestro país durante los próximos 5 años gracias al avance de las nuevas tecnologías y la capacidad y velocidad de conectividad.
Habrá que ver cuántos de estos aparatos, sensores y “conectividad” extrema se adaptan y diseñan para facilitar la vida de las personas. Especialmente de las que más lo necesitan: personas mayores, dependientes y/o con discapacidad. La verdadera revolución es que esta tecnología permita a todas mantener su libertad y una vida más autónoma.
Los sueños de hogares inteligentes ya están aquí. Se espera que para 2024 al menos un 20% de las viviendas disponga de un dispositivo conectado. Pero, como en otros campos tecnológicos, los cambios pueden ser exponenciales en la próxima década. Y si la tecnología acompaña, que parece que sí, los límites de sus posibilidades estarán en la imaginación buscando siempre mejorar nuestra comodidad, bienestar y seguridad. Y estamos seguros de que serán para todos.
Mantener rutinas en personas dependientes
Nos gusta la novedad y tendemos a aburrirnos cuando las actividades y acciones se repiten o son demasiado previsibles. Pero en realidad, todos necesitamos establecer determinadas rutinas. Su efecto sobre nuestro cerebro es innegable. Aumenta nuestra seguridad al hacer más predecible nuestro entorno y nos permite concentrarnos en las tareas presentes despreocupándonos en lo posible de los imprevistos.
Además, libera una gran parte de recursos atencionales al funcionar en modo “automático”. Ejemplo claro de ello son todos los esquemas cognitivos que hemos automatizado como hablar un idioma, escribir, conducir o tocar un instrumento. No tenemos que hacer un esfuerzo extraordinario para volver a ponerlos en práctica una vez aprendidos.
Más satisfechos y eficaces
Las rutinas disminuyen también nuestra sensación de esfuerzo al realizar actividades conocidas e incorporadas en nuestra agenda. Además, mejora nuestra sensación de control y seguridad y nos ayuda además a fomentar la creatividad y valorar las pequeñas elecciones diarias.
Pero parece que además nos permite ser más productivos. Fijar hábitos nos permite que resulte mucho más fácil realizar determinadas actividades y su perfeccionamiento. Nos permite también alcanzar una mayor satisfacción personal. Esto es debido a que se alcanzan metas mejorando nuestra autodeterminación.
Si todos estos beneficios los aporta a cualquier tipo de personas, parece claro que el efecto de las rutinas será aún más relevante en las personas mayores o con dependencia.
Envejecimiento y rutinas
Cuando envejecemos, el peso del hábito se convierte en algo mucho más importante. Sobre todo, cuando la capacidad de reaccionar ante el entorno o las novedades empieza a disminuir. Por ello, la relevancia de la planificación y el control extra de lo que sucede o las actividades y tareas a realizar resulta mucho más imprescindible. Así, las personas mayores establecen una relación con su espacio (casa y objetos) mucho más estrecho. Puesto que estas cosas operan como un anclaje para ellas que las conectan con sus vivencias y también con sus necesidades. La casa y las actividades realizadas allí son un espacio de control que contribuye a su bienestar.
Autonomía y rutinas en personas dependientes
Las personas mayores tienen una lucha constante por preservar el control sobre lo que se pueden realizar sin ayuda. Cada cosa que se delega se convierte en terreno perdido. Tener obligaciones cotidianas y rutinarias sostiene al individuo en su conexión con su propia vida. Uno es lo que hace, de ahí que la actividad está unida a la identidad y su propia autonomía.
Por lo tanto, la sensación de manejar nuestras rutinas aporta control y proporciona seguridad. Esto es debido a que aleja de las situaciones inesperadas que tan desagradables pueden resultar a una persona mayor o dependiente.
Además, beneficia la salud mental al reducir el estrés y disipa la ansiedad ante lo desconocido que sin duda afecta especialmente a este colectivo.
Organización y previsión para un mayor bienestar
La organización de las tareas y la previsión en todo tipo de actividades (desde el ejercicio, las relaciones sociales a las visitas médicas), son imprescindibles en las personas dependientes. Primero, para limitar que tipo de apoyos precisan y no incrementarlos. Y después, para poder planificar con tiempo aquellas actividades que quieran desarrollarse.
Incorporar hábitos saludables como el ejercicio, especial atención a las rutinas de aseo e higiene personal y aquellas obligaciones que deben mantenerse son cuestiones también imprescindibles para tener en cuenta.
Y lo mejor de todo es que estos hábitos o rutinas repetidas permiten crear un tiempo adicional para relajarse, lejos del estrés. Las actividades incorporadas al día a día se fijan y empiezan a dar beneficios creando un circuito de recompensa en el cerebro que estimulará su consecución y animará a la persona a superarse.
Pero no todo son rutinas. Todos queremos y hasta necesitamos modificar en ocasiones nuestros esquemas de actividad diarios. Esto es normal y no debe preocuparnos. Solo indica que salirse de la norma de vez en cuando nos proporciona también el placer y la emoción necesarios para ser más osados y, sobre todo, felices.
Abuelos y nietos, un amor incondicional
Probablemente los abuelos sean los primeros amigos que recordemos. Cómplices, pacientes, divertidos, sabios y con un corazón enorme lleno de ternura. Una relación que es un vínculo especial e inolvidable.
Esta relación entre abuelos y nietos supone un gran beneficio para ambas partes, según lo confirman estudios científicos. Se demostró cómo los abuelos que tienen contacto estrecho con sus nietos gozan de un mejor estado de ánimo, al sentirse útiles, y con una ocupación muy placentera: jugar y cuidar a sus nietos.
La pedagoga Inma Marín, presidenta de la Asociación Internacional del Juego, destacó que el juego entre abuelos y nietos es “fuente de alegría, vitalidad, optimismo y humor”. Añadió que “los abuelos que juegan con sus nietos crean lazos invisibles con ellos, recuperan su niño interior y alimentan su capacidad de juego, lo que repercute a favor de su salud física y mental”.
La presencia de los abuelos sigue manteniendo una gran importancia en el seno familiar. Pero su imagen se ha rejuvenecido y evolucionado con los años. Los abuelos de hoy en día ya no se corresponden con la imagen de ancianos. Hoy son más activos, cuidan de su salud y su bienestar.
Abuelo, cuéntame un cuento
Los abuelos almacenan historias, anécdotas y tradiciones que van transmitiendo a los más pequeños en un entorno muy especial, con más tiempo libre y menos presión. Y los niños notan esa dedicación y ese esmerado cuidado que en ocasiones los padres entre responsabilidades, largas jornadas laborales y obligaciones no pueden permitirse.
Los abuelos son los mejores narradores de cuentos. Se inventan historias y viajan a lugares inexplorados y divertidos. Realmente están alimentando la imaginación de los más pequeños potenciando su creatividad, y a través de aventuras, magia y fantasía, se transmiten valores, se reconocen sentimientos y tienen la oportunidad de contribuir al desarrollo psicológico y emocional de sus nietos. La hora del cuento será un recuerdo imborrable.
Abuelo, déjame que te enseñe
Muchos abuelos cuidan de sus nietos durante la jornada laboral de los padres. Pero el vínculo se enriquece más allá de la educación y el cuidado. Se fortalece a través del juego y el diálogo, y ese tándem de “yo te enseño – tú aprendes” por ambas partes.
Los abuelos también aprenden con sus nietos. El hecho de estar con niños o adolescentes les convierte en la diana del conocimiento, de la jerga y los temas que preocupan a los más jóvenes. Actualizan sus opiniones, sus puntos de vista y forman un frente común. Muchas veces es esencial para que actúen como intermediarios o suavicen alguna tensión familiar o discusión.
Para las personas mayores el uso de las nuevas tecnologías a veces implica algunas dificultades ya que ellos no han tenido el mismo aprendizaje progresivo que los jóvenes. Buscar información en internet, utilizar distintas Apps o comunicarse por medio de las redes sociales, a algunos mayores les infunde respeto, pero ahí están los nietos al rescate. Se convierten en profesores pacientes para los abuelos y les enseñan todo aquello que luego quieren compartir y disfrutar juntos.
¿Qué pasa en la cocina, en el garaje o en el jardín?
Los abuelos se convierten en los reyes de la cocina, el jardín o el garaje. Son lugares ideales para aprender, para conocer ese gran repertorio de recetas, esos trucos de bricolaje o escuchar a los abuelos contar leyendas y tradiciones. Son actividades que se disfrutan a cualquier edad y que crean momentos de complicidad y confidencias. ¿Quién se va a poder resistir a los bizcochos o las croquetas de la abuela?
Sí, pero…
Los nietos son una noria de sentimientos positivos, ilusiones y alegrías para los abuelos y estos desempeñan un papel muy importante en la vida de sus nietos. Cuando los abuelos y nietos juegan o charlan juntos, los beneficios crecen.
Ahora bien, lo habitual es que encontremos a gente mayor activa, con inquietudes y con una vida plena donde tienen cabida los amigos, las aficiones, el deporte y los viajes. No debemos olvidar que los abuelos también buscan sus momentos de relax, descanso y ocio. Esto significa que los padres deben respetar esa parcela privada de los abuelos, para que sigan disfrutando de sus nietos sin agobios, sin presiones ni estrés.
Los nietos son parte esencial de su vida, y contarán las horas para estar de nuevo con ellos. Pero es importante que les permitamos también disfrutar de sus instantes personales sin saturarles de cargas y obligaciones.
Los abuelos son los autores de una etapa mágica y entrañable que llenarán a los niños de emociones y los recordarán intensamente. Una referencia emocional de gestos, palabras, sonrisas y abrazos. Retazos de pasado que se conjugan en futuro.
Realidad virtual y salud: ¿el futuro ya está aquí?
La realidad virtual (VR, virtual reality en inglés) es literalmente el “conjunto de técnicas informáticas que permiten crear imágenes y espacios simulados en los que una persona mediante un dispositivo visual, tiene la sensación estar y poder desenvolverse dentro de ellos.”
Dicho así parece muy innovador y es cierto que está de moda, pero no, no es un concepto nuevo. Los primeros coqueteos con la Realidad Virtual se remontan dos siglos atrás con el invento del estereoscopio, por parte del científico británico nacido en 1.802, Charles Wheatstone.
Inventó un aparato capaz de recrear la ilusión de ver imágenes tridimensionales a partir de dos fotografías prácticamente idénticas. Dio el aldabonazo de salida a un concepto y a una idea a la que poco a poco se le han ido encontrando más y más utilidades en todos los ámbitos, y sobre la que se sigue investigando.
Desde sus inicios se ha utilizado y experimentado con la Realidad Virtual en entrenamiento militar. En simuladores de vuelo y en consolas de juego a modo de entretenimiento para pequeños y no tan pequeños. E incluso se ha intentado implantar en el cine, con desigual fortuna en los diferentes campos.
En la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, las grandes empresas disponen de herramientas para dotar a la Realidad Virtual de atractivo, sentido y sobre todo utilidad. Y por ello están avanzando y explorando en nuevos frentes. De todos ellos a nosotros los que más nos interesan son los que tienen que ver con el ámbito de la salud.
Realidad virtual y salud
Tras más de 20 años de recorrido en el campo de la salud, la Realidad Virtual está colaborando con el paciente y en la formación del personal médico en temas tan variados como:
- El tratamiento de fobias y traumas psicológicos. Donde la VR permite al facultativo controlar al máximo el entorno seguro al que se expone el paciente.
- La intervención educativa para niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA). A los que se enseñan habilidades clave para su interacción con el entorno y su desarrollo. Se utilizan los videojuegos como herramienta para conseguirlo.
- El tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En el que se utilizan entornos hiperrealistas para aumentar la concentración de los pacientes.
- Rehabilitación de pacientes que han sufrido un ictus. Se emplea como herramienta de entrenamiento cognitivo para que se vayan habituando a las situaciones que se enfrentarán cuando salgan del hospital.
- El diagnóstico precoz de enfermedades como la Esclerosis múltiple o el Parkinson. A través de inmersiones del paciente en entornos virtuales donde realizar pruebas funcionales.
- Estimulación cognitiva a través de los videojuegos.
- Motivar, animar y también ayudar a evadirse a los pacientes durante su estancia en el hospital. A través de la creación de realidades imaginarias relajantes y juegos les ayudan a manejar el dolor. También a reducir la ansiedad, colaborando en la mejora y recuperación de sus patologías.
- Ayudar a las personas con discapacidad a experimentar y explorar entornos que no podrían vivir debido a sus limitaciones.
- En el campo de la fisioterapia ayuda aportando novedad y motivación al paciente para que continúe a la realización de los repetitivos ejercicios y no pierda interés por el tratamiento.
- La formación y capacitación de profesionales sanitarios a través de simuladores. Médicos y estudiantes de medicina pueden desarrollar habilidades, destrezas técnicas y realizar operaciones de cirugía complejas sin riesgo. También recrear situaciones difíciles o imposibles de reproducir en la vida real. E incluso cometer fallos de forma segura con la finalidad de adquirir experiencia.
¿Qué nos depara en el futuro la Realidad Virtual?
Viendo el gran crecimiento en ideas y técnica que se está experimentando en la actualidad, todo apunta a que el sector que más crezca en la aplicación de la Realidad Virtual en los próximos años, sea el del cuidado de la salud.
Los avances tecnológicos como el 5G o el Big Data serán aliados. Y a buen seguro, iremos descubriendo nuevas y revolucionarias aplicaciones en muy corto espacio de tiempo. Redundará en beneficio de los pacientes con diferentes patologías, y de la enseñanza y capacitación quirúrgica de los profesionales.