Navilens: empoderando a las personas con discapacidad visual
Cuando llegamos a un sitio desconocido para nosotros, lo habitual es que busquemos las señales visuales que nos guíen hacia dónde nos queremos dirigir, a ese conjunto de señales que se encarga de orientarnos se le denomina señalética. Las personas con discapacidad visual tienen dificultades para utilizar la señalética tradicional y por tanto no pueden ser autónomos en entornos desconocidos.
En este tipo de escenarios desconocidos es donde los códigos NaviLens entran en juego. Tareas tan sencillas para algunas personas como encontrar la salida de un recinto o localizar un baño público dejan de ser obstáculos para las personas con discapacidad visual gracias a la implantación de estos códigos.
NaviLens es un sistema que está compuesto por una serie de señales colocadas en sitios estratégicos, y que las personas con discapacidad visual podrán escanear con la cámara del móvil y obtener de forma auditiva la información necesaria contextualizada.
El sistema lo forman etiquetas con códigos de colores que se sitúan en los puntos que se desea identificar y de los que se quiere aportar información, y una app que estará instalada en el smartphone se utilizará para leer esos códigos.
El funcionamiento es similar al de otros códigos como pueden ser los códigos de barras o los códigos QR, pero las características particulares de los códigos Navilens, y lo que les diferencia de los demás, es la accesibilidad para personas con discapacidad visual.
Características de Navilens
Sus características principales son:
- Rapidez. La lectura de marcadores con Navilens es casi instantánea.
- Facilidad de lectura. Se leen las etiquetas a decenas de metros, según el tamaño del marcador.
- No es necesario enfocar, imprescindible para personas con discapacidad visual.
- Uso en movimiento. Navilens detecta las etiquetas mientras el usuario va caminando.
- Información de la distancia a la que está la etiqueta y del ángulo de inclinación.
- Lectura con gran precisión en todas las condiciones de luz.
- Capacidad de detectar muchas etiquetas simultáneas, presentándolas de forma cómoda al usuario.

NaviLens se puede usar para una variedad de propósitos, como proporcionar direcciones en lugares desconocidos, ayudar a las personas a orientarse en grandes superficies, centros comerciales o aeropuertos, encontrar puntos de interés y explorar lugares de interés de forma inmersiva sin tener que sin depender de mapas o sistemas de navegación GPS. Se puede utilizaren sectores como el turismo, la educación o el comercio.
Es una poderosa herramienta que permite a las empresas crear y administrar mapas digitales de sus espacios físicos. Se puede utilizar para crear mapas interactivos, proporcionar orientación de navegación y realizar un seguimiento del comportamiento del cliente. Con NaviLens, las empresas pueden configurar rápidamente un mapa digital de su espacio físico, lo que permite a los usuarios orientarse fácilmente y obtener la información que necesitan.
Es también destacable el carácter universal de la aplicación, que, para poder ser utilizado por todo el mundo, traduce automáticamente el contenido al idioma del móvil del usuario. De manera que puede ser utilizado por turistas en cualquier lugar del mundo, con y sin discapacidad, conozcan o no el idioma del destino visitado.
La tecnología da otro paso más para facilitar el día a día de las personas con y sin discapacidad visual a través de una sencilla pero útil herramienta.
Qué es la inteligencia emocional y cómo desarrollarla
La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para reconocer, comprender y regular nuestras propias emociones y las de los demás. Es una habilidad fundamental para poder establecer relaciones saludables con los demás y también influye en la toma de decisiones que hagamos. Nuestras decisiones dependen tanto de nuestros pensamientos como de nuestras emociones. En ocasiones, si nos dejamos llevar por las emociones nuestras decisiones serán el resultado de la emoción que tengamos en ese momento.
Por este motivo, a veces, en situaciones de intensidad emocional nos podemos dar cuenta de que algunas de las elecciones o decisiones que hemos tomado, no serían las más apropiadas desde un punto de vista racional.
El conocer y regular nuestro mundo emocional interno nos ayuda a afrontar las situaciones que se nos puedan presentar de mayor dificultad. A veces, cuando no somos conscientes de la emoción que nos acompaña, ésta puede “secuestrar” nuestro pensamiento y nos vemos envueltos por ella. Esto puede dar lugar a una situación en la que nos podemos sentir desbordados y podemos llegar a bloquearnos o activar una reacción más explosiva ante situaciones que tal vez no requieren este tipo de respuesta por nuestra parte.
Parece que hemos sobrevalorado el poder de nuestra capacidad de razonamiento, olvidando la fortaleza que tienen nuestras emociones y como en ocasiones nos arrastran. No olvidemos que el razonamiento reside en la parte frontal del cerebro, lo que se llama neocórtex. Las emociones nacen en el sistema límbico, más concretamente en la amígdala, una estructura mucho más antigua y con una respuesta más potente e intuitiva, es lo que se conoce como el cerebro antiguo. Aunque esta respuesta emocional suele ser más potente, hay estrategias para trabajar en su regulación y poder mejorar las conexiones entre la amígdala y nuestra corteza prefrontal. De tal manera que consigamos regular nuestra respuesta emocional y permitir liberar a nuestro razonamiento de ese secuestro emocional.
Estrategias para regular nuestra inteligencia emocional
- Toma consciencia de las emociones que sientes. Para poder mejorar nuestra inteligencia emocional, lo primero es darnos cuenta de nuestras emociones. Para ello es importante tomarse un tiempo para sentir lo que notamos. Las emociones muchas veces se expresan en el cuerpo, y podemos mejorar nuestra capacidad para tomar conciencia de ellas y poder nombrarlas.
- Practica la regulación emocional. Una vez puedes identificar tus emociones, ya puedes intentar trabajar con ellas. Ante una emoción que pueda resultar desbordante, podemos tomar consciencia, parar y tomar algunas respiraciones que nos ayuden a rebajar esa emoción. Si la emoción es muy intensa, podemos ayudarnos a regularnos enraizándonos en lo que vemos, tomar conciencia de donde estamos, que vemos, que olemos, que tocamos o que saboreamos.. De esta manera podemos activar nuestra corteza prefrontal en une esfuerzo por inactivar nuestra amígdala.
- Trabaja en comprender a los demás. Rl poder reconocer las emociones, los sentimientos y las perspectivas de los demás, nos ayuda a mejorar la inteligencia emocional y nos permite tener relaciones más satisfactorias y saludables.
- Mantén una actitud positiva practicando la gratitud, la amabilidad hacia uno mismo y hacia los demás. Tratarnos con cierta compasión y amabilidad nos ayuda a afrontar las situaciones con un tono emocional más adaptativo y nos hace más resilientes.
- Comunica tus emociones. Poder expresar nuestro mundo emocional interno a los demás de una manera sosegada nos permite manejarnos mejor en las relaciones con los otros. Esto nos puede ayudar a marcar límites de una manera asertiva y nos puede facilitar expresar nuestras necesidades a los demás.
- Practica la autoconciencia y la introspección. Ten una actitud de curiosidad hacia ti mismo, que te ayude a buscar conexiones en tu funcionamiento, tus creencias y tus emociones de tal manera que puedas comprender qué es lo que te hace funcionar de la manera que lo hace.
- Practica un rato de mindfulness. La práctica de la atención plena nos ayuda a entrar en ese mundo interior y a darnos cuenta de que está activo en nosotros. Nos permite entrar a reconocer nuestras emociones de una manera más distanciada y esto nos ayuda a poder regularnos de una manera más eficiente.
El desarrollar esta inteligencia emocional no es una cuestión de uno o dos días, es un trabajo que requiere tiempo y esfuerzo, pero su desarrollo puede tener un impacto muy importante en tu bienestar psicológico y emocional.
Todo lo que debes saber sobre las arritmias
¿Cómo se siente una arritmia?
“Como un vuelco en el corazón”. Muchas personas se asustan al sentir una pequeña parada en el ritmo cardiaco habitual, como si les hubiese faltado un latido; o se preocupan cuando perciben sus latidos con más fuerza de lo habitual. En la mayoría de las ocasiones, el origen está en alguna causa cardiaca o en algún motivo psicológico o psiquiátrico (preocupaciones, ansiedad, somatizaciones…). Pero en no pocas ocasiones la explicación es puramente fisiológica. Por ejemplo, son frecuentes entre la gente de cierta edad que practica deportes de resistencia. También pueden aparecer como efecto secundario de algunos fármacos, o deberse al uso de estimulantes de la contracción cardiaca (tabaco, alcohol, cafeína, otras drogas como la cocaína o las anfetaminas…).
Como el funcionamiento del cuerpo humano es complejo, también hay muchas ocasiones en que no se llega a averiguar el motivo. En cualquier caso, afortunadamente, la mayoría de la gente que presenta palpitaciones, ni presenta arritmias malignas ni presenta problemas cardíacos graves.
Síntomas a tener en cuenta
Paradójicamente, aunque buena parte de las palpitaciones tiene su origen en el corazón, en pocas ocasiones las arritmias (alteraciones del ritmo del corazón) se acompañan de palpitaciones. Muchas veces los síntomas por los que se inicia el estudio que lleva al diagnóstico de una arritmia son la fatiga, intolerancia al esfuerzo, mareos, síncopes (pérdidas de conocimiento), dolor torácico, sensación de falta de aire, o edemas (retención de líquidos en las piernas).
Las arritmias son de muchos tipos. Las hay por enlentecimiento del ritmo habitual (bradiarritmias; ritmo inferior a 60 latidos por minuto), o por aumento del mismo (taquiarritmias; ritmo superior a 100 latidos por minuto). Las hay patológicas, y las hay fisiológicas.
Algunas son potencialmente mortales y requieren administración urgente de fármacos, cardioversión, control permanente del ritmo cardíaco mediante marcapasos, desfibriladores implantables o cirugías. Y en cambio otras son fisiológicas y no requieren ninguna intervención, como las frecuencias cardiacas bajas que se pueden encontrar en gente joven deportista, las frecuencias altas que son reacciones apropiadas (al ejercicio, a la fiebre, al estrés), o las fluctuaciones del ritmo cardíaco que se producen según el momento del ciclo respiratorio (con la inspiración o la espiración se producen pequeñas variaciones del ritmo cardíaco).
Fibrilación auricular
De las patológicas, la arritmia más frecuente es la fibrilación auricular. Es frecuente que coexista con otras enfermedades predisponentes cardíacas (hipertensión arterial,….), respiratorias (síndrome de apnea del sueño), diabetes, o patología del tiroides. Suele aparecer a partir de los 60 años y consiste en la aparición de un ritmo cardíaco rápido y a la vez irregular. En muchos casos, la persona que la padece no nota ningún síntoma, con lo que no se sabe cuando se inició por primera vez. En otros casos, hay un claro factor desencadenante como una intoxicación alcohólica, o el postoperatorio de una cirugía cardiaca.
Puede ser intermitente, con periodos en los que aparece y otros en los que desaparece, o hacerse permanente. Se produce porque los latidos auriculares pierden la coordinación y se desorganizan. Esto hace que el corazón no pueda bombear la sangre con la fuerza habitual y la disminución de la velocidad de circulación y el estancamiento de la sangre en las aurículas cardiacas predispone a la formación de trombos (coágulos). Estos trombos con el tiempo pueden pasar a las arterias y llegar a los pulmones y sobre todo al cerebro, estando implicados en la aparición a medio plazo de accidentes cerebrovasculares ( se calcula que es la causa de la cuarta parte de estos accidentes).
Entre las arritmias no sólo la fibrilación auricular se puede presentar de forma continua o intermitente. Es por eso que en muchas ocasiones no se detecta nada raro con un electrocardiograma convencional realizado en consulta, y se recomienda la realización de un holter, que monitoriza el ritmo cardiaco de forma continuada durante 24horas. Y recientemente, algunos wearables (dispositivos tecnológicos que se llevan sobre el cuerpo, como relojes) están incorporando la realización de electrocardiogramas simplificados para poder ampliar el período de detección.
Conclusión
Por lo dicho hasta ahora se podría deducir que lo ideal es un funcionamiento regular del ritmo cardíaco. Y que la enfermedad es lo que nos lleva a perder la regularidad. Pero somos más complejos de lo que parecemos. Antes mencioné las fluctuaciones del ritmo cardíaco que se producen según el momento del ciclo respiratorio. Desde hace unas décadas se viene investigando la variabilidad de la frecuencia cardíaca como factor pronóstico de salud. Nuestros latidos cardiacos no se producen exactamente al mismo ritmo, sino que hay pequeñísimas fluctuaciones, del orden de milisegundos, del intervalo de tiempo que pasa entre un latido y otro. Y para la salud parece que es tan necesaria esta variabilidad, como cierta regularidad. Porque cuanto menor es la variabilidad de la frecuencia cardiaca, mayor riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.